lunes, 11 de octubre de 2010

Para Noelia Xiaoqing

Adivina que quiero decirte, me dijiste mientras tus ojos parpadeaban  como alas de mariposa. Enseguida me di cuenta  que era un nuevo lenguaje, un lenguaje mudo pero lleno de sentimientos ¡y casi secreto!…No sé, dímelo tú,  dije después de pensar un poco, tratando de responder a tu adivinanza. Me devolviste  una sonrisa con unas palabras que nunca olvidaré … ¡Te quiero mucho!. Como era posible que una niña de tan sólo cuatro años fuese capaz de dejarte sin voz y lleno de felicidad, de recordarte una vez más que el largo y duro camino hacia Nerea merece la pena, que todo lo pasado no importa y lo mejor está por llegar y que hay que seguir avanzando. La emoción me dejó apenas sin voz, pero utilizando el mismo lenguaje le contesté ¡Más te quiero yo!.

Llevábamos apenas unos días contigo, y ya te habías ganado un lugar muy grande en nuestros corazones y en nuestras vidas. Desde aquel día hasta que terminaron las vacaciones, me diste mucho más que tus besos y abrazos, mucho más que tus risas, mucho más que tus juegos, mucho más que tus ¡Fernando! ¡Fernando! ¡Fernando!..., me diste ilusión y esperanza. Desde aquel día me recuerdas que todo saldrá bien.

El último día, parpadeando tus ojos, me lo volviste a preguntar ¿Fernando, que te estoy diciendo?.  Esta vez sí lo sabía y sin pensarlo te contesté… ¡Que no quieres que me vaya!. Un poco triste y sin hablar me dijiste ¡si! asintiendo con la cabeza…esta vez lo había adivinado.

Muchas gracias a Lola y Paco, padres de Noelia, por dejarnos entrar en sus vidas y abrazar a su princesa.