miércoles, 12 de noviembre de 2008

Tengo mi alma en estado de buena esperanza.

¡
Ay pequeña!, estas últimas asignaciones de sólo dos días nos han desconcertado un poco, vemos como nuestro largo camino en vez de acercarse se va alejando.
Hace unos meses nos confirmaron que nuestro expediente estaba revisado...un pasito más...ahora hemos pasado al "matching room", hemos visto unas fotos de esa oficina blanca, bién íluminada, en la derecha unos armarios con estanterias que contienen pilas y pilas de expedientes, donde cada uno es una familia, una ilusión, un corazón expectante.
A la izquierda hay otro armario con los datos de las niñas. En ese armario, cada expediente es una vida, unos ojos tristes que buscan sonreir. En medio están las mesas de los funcionarios que sirven de puente, que juntan los papeles de la izquierda con los de la derecha, las niñas con las madres y los padres. Personas que unen China con España, un corazón con otro, un pequeño cuerpecito con los brazos de una madre.
¿Serán ellos lo que nos convertirán en tus papás?
Prefiero pensar que nó que seá el destino y nuestro amor, un amor tan fuerte que llegó a atravesar los mares y las montañas, los desiertos, miles de kilómetros.
Saltaremos una muralla hasta llegar a tí, una muralla mayor que ese gran monumento que hay en China, una muralla hecha de burocracia, papeles, de esperas interminables, sin embargo no sólo será mérito nuestro cuando te tengamos, tú de alguna manera, nos estás llamando con una voz más antigua y profunda que cuantas puedan escucharse en este mundo.
Querida mia, mi vientre está vacio, no serás sangre de mi sangre, ni piel de mi piel, pero milagrosamente mia, mi vientre está vacio, pero siento el corazón lleno.
Nunca olvides que nó creciste bajo mi corazón sino dentro de él.
Tengo mi alma en estado de buena esperanza.
Te queremos papá y mamá.