domingo, 14 de diciembre de 2008

La vendedora de fósforos

Quien nos iba a decir en el año 2.005, cuando iniciamos el camino para llegar a ti, que tuvieran que pasar tantas Navidades sin poder tenerte con nosotros, sin poder darte todo el amor que guardamos para ti. Pronto será Navidad (otra más), y ya van cuatro, que pasaremos sin ti. De nuevo, como cada Navidad, tu regalo de Reyes estará colocado bajo el árbol junto al de tus hermanos, esperando a que lo cojas, pero de nuevo, como en las Navidades pasadas, no vas a poder hacerlo, lo recogeremos por ti para guardarlo en tu dormitorio, esperando a que algún día puedas abrirlo tú misma, ese día será imborrable para todos nosotros.

Este año en el árbol hay colgado un deseo para ti, un deseo que se hace cada vez más fuerte con el paso del tiempo, Nerea, cada día que pasa estamos más cerca de ti”, lo hemos colocado junto a la Estrella, si, esa estrella que algún día te guiará hacia nosotros.

Cuando era pequeña, mi abuelo Bartolomé, tu bisabuelo, que era maestro y cuya pasión era leer y escribir libros, siempre que llegaba Navidad me leía un cuento un poco triste, pero si se sabe comprender precioso, ese cuento era “La vendedora de fósforos”. Cuando terminaba de leérmelo siempre me decía… hay que valorar en esta vida lo que tenemos porque siempre hay alguien que tiene menos que nosotros...

Aqui lo tienes para que lo leas.


Hans Christian Andersen

¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío yde la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.

Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!

Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececitos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.

Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico pesebre: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.

-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".

Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.

-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!

Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.



Esta Navidad te echaremos de menos tanto o más que en las anteriores, pues el tiempo de espera se hace a veces casi insoportable, pero después de recordar este precioso cuento, nos damos cuenta de lo afortunados que somos, al menos podemos ESPERARTE…

14 comentarios:

  1. Que bonito cuento y que recuerdos me trae de cuando era pequeña y me abuelo tambien me lo contaba ufff que triste, pero que real. somos muy afortunados y a veces nos empeñamos en no darnos cuenta, pero asi es.

    Espero que sea las ultimas navidads que ese arbol se queda con un regalo sin recoger y que el
    proximo año pueda ser Nerea la que se acerque a recogerlo. En fin el tiempo ultimamente pasa lento en asignaciones pero igual de rapido que el resto de los años para todo lo demas, por eso llegara el momento y sereis tan felices que ya nunca recordareis estos años pasados sin ella.

    1 beso enorme a todos y FELIZ NAVIDAD!!!

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  2. Hola familia!!!

    Ostras se me han puesto los pelos de punta, que recuerdos...te puedes creer que me acordaba de esta historia y no sabía como encontrarla,cuando era pequeña hicieron la pelicula, y me quedó grabada...que triste...

    Os deseamos felices fiestas y muchos ánimos para estirar bien fuerte de ese hilo rojo!!!

    Un fuerte abrazo

    Carlos y Cuca

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  3. Es difícil ser positivos viendo como van las asignaciones. Pero Mary Carmen, piensa que, en vez de ser otra Navidad más que pasais sin Nerea, es otra Navidad menos que os queda para disfrutar de ellas con vuestra peque.
    Yo así lo pienso y me ayuda, espero que a ti también.
    Que paséis unas FELICES FIESTAS y que el 2009 os traiga lo que más deseais.
    Un abrazo muy fuerte.
    Jesus y Ana

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  4. hola guapa, nunca habia leido un cuento tan bonito, he seguido tu blog desde hace tiempo y hoy he cogido tu enlace por un cometario que le has dejado a Shari, espero que muy pronto tu peque este en casa y que no tengais qu poner mas deseos en el arbol ni regalos que ella no pueda abrir.
    Mil besos de chocolate.

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  5. Os deseo que pronto podais ver a vuestra hija en casa leyendo ese hermoso cuento rodeada de todos vosotros y de vuestro cariño.
    Un abrazo.

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  6. Hola,
    qué razón tenía, en ésta vida hay que valorar, por desgracia hay muchas familias pasandolo realmente muy mal.
    El cuento lo conozco, soy una gran forofa de la lectura y me lo regalaron siendo pequeña. Me impactó muchísimo.
    Un millón de gracias por hacermelo recordar.
    Una entrada, la que has realizado,que me ha llegado muy hondo.
    Os deseo que sea vuestra última navidad sin Nerea.
    FELICES FIESTAS EN NOMBRE DE FRAN Y MIO.

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  7. feliz navidad,os deseamos mucha felicidad y que se cumplan vuestros sueños muchos besos y abrazos desde el puente viejo

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  8. feliz navidad,os deseamos mucha felicidad y que se cumplan vuestros sueños muchos besos y abrazos desde el puente viejo

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  9. Es un cuento precioso... triste pero real, y a veces es necesario recordar lo afortunados que somos con todo lo que nos rodea... que es mucho.

    Y más aún será el día que veamos como completamos ese sueño que tanto anhelamos.

    Nerea llegará, abrirá sus regalos, correrá alrededor del árbol, y escuchará de vuestros labios cuentos maravillosos.

    Os deseo una feliz navidad, con la presencia de Nerea en el corazón, que es el único lugar donde merece la pena guardar las cosas que queremos.

    Mil besos familia

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  10. Felices Fiestas Familia !!!
    Que el año que se acerca os traiga montones de Felicidad !!!

    Un fuerte abrazo

    Pere i Carme

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  11. Os dejo este enlace de una noticia publicada hoy en Heraldo de Aragón. http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.33969/relcategoria.310
    Un abrazo.

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  12. Precioso cuento y preciosas palabras!!!! Es verdad que el tema va muy lento y hay un cierto desánimo...pero venga hay que seguir luchando por conseguir nuestro precioso sueño!!!!!

    Un beso y un abrazo muy grande y Feliz Año 2009, que os traiga mucha felicidad y quien sabe...!!!!

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  13. Te recuerdo que la noche de Reyes debes poner los zapatos en la ventana, asi que ¡recoge los que le tiraste a Bush! Feliz Navidad y mejor 2009

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  14. Hola chicos, que no s teneis muy abandonados, que no os vemos por aquí. Muchos besos
    Angeles

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